Si hacemos una encuesta preguntando si el encuestado conoce a alguien que sufra de amaxofobia, podemos tener la seguridad de que la respuesta mayoritaria será parecida a esta: ¿y eso de la amaxofobia qué es?
Si te identificas con esa respuesta, te recomendamos que sigas leyendo porque se estima que en torno a un 6 % de la población sufre de amaxofobia, siendo la prevalencia ligeramente superior en mujeres que en hombres.
¿Qué es la amaxofobia?
La amaxofobia es un miedo a conducir de carácter patológico. Es decir, se trata de una auténtica fobia a conducir. Vamos a aclarar esto:
Una persona puede tener cierto miedo o reserva a conducir por motivos objetivos: quizá sabe que no conduce bien, que tiene pocos reflejos, que su vista no es buena, etc. Pero eso no es amaxofobia, sino simple sentido común.
Y la amaxofobia no es una cuestión de sentido común, sino el miedo a conducir por la ansiedad provocada por motivos irracionales. Estos motivos pueden tener su origen en un trauma psicológico previo (un accidente con fallecidos o heridos graves, por ejemplo) o deberse a trastornos psíquicos de otra índole.
Síntomas de sufrir fobia a conducir
La sola idea de tener que conducir un coche genera trastornos físicos y de ansiedad en la persona afectada:
- Inicialmente, el afectado conduce muy a la defensiva y circula de forma excesivamente lenta.
- Posteriormente, comienza a usar el coche solo en zonas muy cercanas a su lugar de residencia. Tampoco conduce por la noche o cuando llueve.
- El conductor tiene sensación de falta de control del coche, con pensamientos dramáticos en los que teme provocar o verse involucrado en un accidente.
- El trastorno progresa con ataques de ansiedad.
- Finalmente, el enfermo deja de conducir por completo.
¿Cuáles son los riesgos de tener amaxofobia?
Los afectados por la amaxofobia tienen mayores probabilidades de:
- Causar accidentes de tráfico si aún conducen o son forzados a hacerlo
- Sufrir ansiedad crónica, incluyendo ataques de pánico, episodios de temblores, sudores fríos y arritmias cardíacas
- Aislarse socialmente
- Sumirse en el pozo de la depresión
Algunos casos extremos de amaxofobia pueden destruir por completo la vida social o profesional de una persona: el miedo se apodera de ellos hasta tal punto que les impide subirse a un vehículo aunque no sean los conductores.
Consejos y ejercicios para superar la amaxofobia
Veamos la forma de tratar la amaxofobia y cómo superarla:
Es muy habitual, por parte de familiares o amigos, tratar de forzar al afectado a realizar ejercicios de conducción, acompañándolo y aconsejándolo.
Esto es grave error, ya que estas acciones no harán desaparecer la fobia y además conllevan un alto riesgo de accidente: cuanto más forcemos al enfermo a conducir, más inseguro se sentirá y más aumentará su fobia a conducir.
Y es que cualquier afectado de amaxofobia debe ponerse en manos de un profesional de la psicología o incluso de la psiquiatría.
Una vez analizadas las causas reales de fondo que provocan la amaxofobia, podrá tratarse esta mediante terapia psicológica o medicamentosa.
Tras el éxito del tratamiento psíquico o psiquiátrico llegará el momento de que el afectado por amaxofobia realice ejercicios de conducción, preferentemente en un vehículo de autoescuela y tutorizado por un profesional. Será este último quien verifique que el afectado efectivamente se encuentra preparado para conducir de nuevo en solitario.