Soplo en el corazón: síntomas y tratamiento

Por 21 noviembre, 2023 Salud

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Cuando, en un reconocimiento rutinario o en una consulta casual, el médico detecta un soplo en el corazón, es posible que nos asustemos. Lo cierto es que todo soplo cardíaco requiere de una consulta con el cardiólogo y una serie de pruebas para determinar si es peligroso o no.

Puedes haber nacido con un corazón perfecto y sufrir daños por edad avanzada o como consecuencia de haber pasado determinadas enfermedades. Por eso, vamos a ver cuáles son los síntomas de un soplo en el corazón y los posibles tratamientos.

¿Qué es un soplo cardíaco y qué lo produce?

Un soplo cardíaco es un sonido sibilante que escucha el médico con el fonendoscopio. Aparece como consecuencia de la formación de un remolino de sangre porque una válvula cardíaca, o más de una, no funciona correctamente. Cuando esto sucede, parte de la sangre que circula a través de la válvula afectada retorna en su trayectoria, causando ese silbido inaudible y un descenso en el rendimiento del corazón.

Un soplo en el corazón tiene consecuencias si se deja estar sin averiguar cuál es la causa. Puede tratarse de una cardiopatía congénita o una adquirida, incluso en el caso de ciertas enfermedades, puede aparecer un soplo solo temporal que se resuelve solo. Pero hay que comprobarlo.

El diagnóstico precisa de un electrocardiograma y una ecografía del corazón. Cuando se detectan ciertas cardiopatías complejas, pueden ser necesarias pruebas adicionales.

Una vez que el médico conoce con detalles el estado del corazón, sus válvulas y los vasos de entrada y salida, valora la severidad de la cardiopatía y los posibles tratamientos.

¿Cuáles son los síntomas de un soplo en el corazón?

En realidad, un soplo de poca importancia no produce síntomas, se suele detectar con la auscultación (y no siempre) o con un ecocardiograma. Aun así, si notas alguno de estos síntomas, debes consultar con un cardiólogo que pueda determinar la causa:

  • Fatiga anormal al hacer ejercicio físico o al ponerte nervioso.
  • Sensación de falta de aire, aunque se llenan bien los pulmones
  • Mareos o desmayos con facilidad, pese a tener unos niveles de presión arterial normales.
  • Sudor incluso en reposo y sin hacer calor.
  • Edema en pies, tobillos y piernas.
  • Los labios, las yemas de los dedos o las uñas con un tono azulado.
  • Tos crónica, no productiva y que no va acompañada de fiebre ni catarro. Esa tos empeora al subir cuestas o cargar peso, al estresarte o con cualquier actividad que obligue al corazón a trabajar un poco más.
  • En bebés, falta de apetito unido a que el bebé apenas llora.
  • En niños, rechazo a las actividades físicas normales para su edad y posible desarrollo lento.

Las listas de espera de la sanidad pública pueden ser fatales cuando el soplo al corazón es peligroso, de modo que contar con un seguro de salud como los que ofrecemos en GRUPO PACC, te aporta la tranquilidad de un diagnóstico certero y sin demoras, para iniciar el tratamiento cuando antes, en caso de ser necesario.

También lo vas a agradecer si eres una persona con tendencia a preocuparse en exceso o los síntomas descritos se acompañan de una merma en la calidad de vida o te imposibilitan mantener tu ritmo habitual.

¿Cómo tratar un soplo cardíaco?

Antes de explicar cómo se tratan los soplos cardíacos, vamos a ver los casos en los que no es necesario un tratamiento:

  • Soplos funcionales. Debidos a un crecimiento rápido durante la adolescencia o a alguna cardiopatía congénita muy leve y que no avanza. No precisan tratamiento.
  • Soplos triviales. Se suele realizar un seguimiento para ver si avanza, en cuyo caso se aplica un tratamiento. Mientras tanto, conviene mantener unos hábitos de vida saludables, intentar controlar el peso (tan malo es pesar mucho como muy poco) y no practicas deportes de muy alta intensidad.
  • Soplos transitorios. Son un caso poco común, asociado a enfermedades que cursan con inflamación del corazón. Esas enfermedades pueden dejar secuelas permanentes o no, de modo que se realizan las pruebas diagnósticas, una vez superadas. Si el soplo ha desaparecido, no es necesario hacer nada.

Para los casos en los que los soplos del corazón son más severos y vienen determinados por algún tipo de cardiopatía, sí hay varias aproximaciones a tener en cuenta:

Estilo de vida

Dieta pobre en sal, para reducir los edemas y evitar la hipertensión arterial. En algunos pacientes, los límites máximos saludables de colesterol y triglicéridos pueden ser un poco más bajos que los de las personas sin cardiopatías.

Actividad, pero sin hacer esfuerzos, con paseos, Pilates o, según tu edad y forma física, deportes que no sean de alta intensidad. Tu lema será no llegar a sentirte fatigado ni con otros síntomas antes descritos mientras practicas ejercicio. Si aparecieran, debes parar.

Procura mantenerte dentro de un rango de normopeso y, si debes bajar kilos, asegúrate de no hacerlo demasiado rápido. El corazón es un músculo, y se daña con las pérdidas bruscas de peso.

Fármacos

Existen fármacos que ayudan a controlar las arritmias y otros que alivian el trabajo extra de un corazón con insuficiencia valvular de moderada a severa. También puedes necesitar, dependiendo de qué ha causado tu soplo, tomar anticoagulantes,

Cirugía

Cuando las valvulopatías avanzan o si se acompañan de otras malformaciones en el corazón o los vasos adyacentes, hace falta recurrir a la cirugía.

En el caso del reemplazo de válvulas, se procede con un cateterismo, de modo que se trata de una intervención mínimamente invasiva, aunque el paciente pasa a necesitar un tratamiento anticoagulante de por vida. No obstante, es la solución definitiva a los soplos asociados a lesiones con mal pronóstico.

Un soplo en el corazón es un silbido que se escucha durante la auscultación o se detecta con una ecografía. Se produce por un retorno parcial de la sangre en el corazón, a causa de un mal cierre de una o varias válvulas. El soplo puede ir asociado a otras lesiones, de modo que siempre que se detecta o cuando hay otros síntomas, necesitas consultar con un cardiólogo y someterte a una serie de pruebas, casi siempre sencillas.

La buena noticia es que la mayoría de los soplos que se detectan de manera fortuita son triviales o funcionales, aunque siempre se agradece contar con un buen seguro médico para despejar las dudas sin esperar meses.

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